Millones de años antes de que el primer ser humano se hiciera a la mar, ya se habían realizado las primeras expediciones audaces a aguas implacables. Sin mapas, sin barcos (y, para ser justos, sin elección), un grupo de monos hizo un viaje improbable a través del Océano Atlántico.
La evidencia fósil desenterrada en América del Sur revela la increíble historia de estos antiguos mamíferos, que se aferraron a la vida en balsas de vegetación y sobrevivieron a viajes aparentemente imposibles no una, sino al menos tres veces.
Un viaje de mil millas comenzó con una balsa natural
Hace aproximadamente 30 a 40 millones de años, América del Sur era una masa terrestre aislada, separada de África por un tramo de océano que se extendía entre 900 y 1300 millas (1800 km), dependiendo de las mareas. El Océano Atlántico no era menos formidable de lo que es hoy y, sin embargo, los mamíferos primitivos de África encontraron su camino en sus vastas aguas hasta las lejanas costas de América del Sur.
Su increíble viaje no fue ni intencionado ni espontáneo. Tormentas, inundaciones u otros desastres naturales arrastraron a estos primeros primates a grandes masas de árboles y vegetación arrancados de raíz. Arrastrados por corrientes oceánicas y vientos favorables, estos ecosistemas flotantes transportaron mamíferos a través del Atlántico en un viaje que pudo haber durado semanas o meses.
Las balsas naturales que transportan monos han jugado un papel importante en la historia de la vida diseminada por la Tierra. Estos barcos desordenados, llenos de vegetación y escombros, llevaban más que su carga: transportaban especies a mundos completamente nuevos.
En 1995, los huracanes en el Caribe soltaron masas de vegetación en el mar, creando balsas naturales que llevaron iguanas verdes a islas previamente deshabitadas.
Aún más dramático fue el tsunami de 2011 en Japón que envió olas de restos de rafting a través del Pacífico. Ecosistemas enteros se embarcaron en un viaje, y especies marinas viajaron miles de kilómetros hasta las costas de América del Norte. Aquí tenéis un vídeo al respecto:
La historia de los monos balseros es cómo se rindió un diente
La evidencia de este improbable viaje proviene de dientes fosilizados encontrados en América del Sur. Estos fósiles, que representan al menos tres migraciones diferentes, pertenecen a las especies involucradas. Perupithecus ukayaliensis, Ucayalipithecus perdido y más recientemente, Los Simpson Ashaninkasebus.
Los primeros fósiles de Perupithecus ukayaliensis—Hace aproximadamente 36 millones de años—fue descubierto en Perú en 2015. Los dientes guardan sorprendentes similitudes con los de los primates del norte de África, lo que sugiere un vínculo evolutivo directo.
Luego, en 2020, los fósiles Ucayalipithecus perdido Fueron encontrados en la misma zona, lo que indica otra migración hace unos 32 millones de años. Más recientemente, en 2023, la invención Los Simpson Ashaninkasebus Brasil amplió aún más nuestra comprensión de estos viajes antiguos, revelando un grupo de primates pequeños, frugívoros y altamente adaptables.
El registro fósil de los monos del Nuevo Mundo ha insinuado durante mucho tiempo un origen africano, pero descubrimientos recientes proporcionan pruebas aún más claras. molares de perupiteco, Ucayalipithecus Y ashaninkasebus Tiene sorprendentes similitudes con los primates africanos, lo que confirma un linaje evolutivo compartido.
Estos dientes revelan distintos patrones de cúspides prácticamente idénticos a los de los parapitécidos y eosimíidos, familias de primates africanos que vivieron hace 30 millones de años.
Lo que hace que estos hallazgos sean aún más convincentes es su contexto geográfico. Los yacimientos fósiles de América del Sur, como la región del río Urua en Perú, han producido dientes notablemente bien conservados para su edad. Estos descubrimientos cierran la brecha entre los ancestros de los primates en África y la diversa gama de monos del Nuevo Mundo que prosperan en la actualidad, incluidos los capuchinos, los monos aulladores y los tamarinos.
Sin embargo, a pesar de sus afinidades africanas, los monos que cruzaron el Atlántico en balsa representan experimentos evolutivos distintos. invención de Ucayalipithecus perdidoPor ejemplo, sugiere que estos primates eran parte de la familia de los parapitécidos, un grupo anteriormente conocido sólo en África. Sus dientes eran casi idénticos. ResinaPrimates africanos de la época del Eoceno, enfatizando las relaciones evolutivas entre estas poblaciones antiguas.
Estos monos no son los únicos exploradores de la historia natural
El mundo natural está lleno de ejemplos de animales que emprenden viajes extraordinarios a través de océanos impulsados por fuerzas geológicas y acontecimientos fortuitos. Madagascar, por ejemplo, debe su rica biodiversidad a eventos similares de rafting.
Según un estudio de mayo de 2023, se cree que los antepasados de los lémures, los tenrex y otros vertebrados terrestres llegaron a la isla en balsas de vegetación desde el continente africano hace millones de años. Reseñas biológicas.
De manera similar, se han encontrado pingüinos (generalmente asociados con la Antártida y sus gélidos alrededores) en partes de Australia, África y América del Sur. La evidencia fósil sugiere que los pingüinos primitivos migraron a estas regiones más cálidas hace millones de años, quizás ayudados por las corrientes oceánicas cambiantes y las condiciones climáticas favorables.
Insectos como las mariposas pintadas también realizan asombrosas hazañas de migración. Se ha observado que estos organismos microscópicos viajan miles de kilómetros en viajes de varias generaciones desde Europa a África.
La migración transatlántica de primates africanos coincidió con una época de cambios ambientales significativos. Durante las épocas del Eoceno tardío y Oligoceno temprano, los niveles del mar cayeron a medida que se formaron glaciares en la Antártida, reduciendo la brecha oceánica entre los continentes. Este período también vio fuertes corrientes oceánicas y sistemas de tormentas, que pueden haber facilitado la creación de grandes balsas flotantes capaces de transportar animales a grandes distancias.
Aunque las posibilidades de sobrevivir durante un viaje así eran escasas, quienes lo hicieron encontraron una tierra llena de oportunidades. Libre de muchos depredadores y competidores, América del Sur ofrecía un terreno fértil para la adaptación y la evolución. Con el tiempo, estos primeros pioneros ayudaron a dar forma a los ecosistemas que vemos hoy.
La historia de los monos que cruzaron el Atlántico en balsa es un testimonio de la resistencia de la vida en el mundo natural. ¿Historias como estas te inspiran a aprender más sobre el mundo que te rodea? Realice la prueba de 2 minutos para ver cuál es su situación Escala Conexión con la Naturaleza.