Encontramos un antiguo diente de rinoceronte en un paraíso aislado del Pacífico, aunque allí no vivían rinocerontes.

Encontramos un antiguo diente de rinoceronte en un paraíso aislado del Pacífico, aunque allí no vivían rinocerontes.

Nueva Caledonia, una isla remota en el Océano Pacífico, es una maravilla natural. Conocida por su biodiversidad única, la isla ha fascinado a los científicos durante décadas. Hogar de una asombrosa cantidad de especies endémicas (plantas y animales que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra), Nueva Caledonia es un laboratorio viviente de la evolución. Pero en 1875, un curioso descubrimiento añadió una nueva capa de intriga a este paraíso aislado.

Un gran diente fosilizado fue descubierto por mineros de oro en la región de Diahot, en el norte de Nueva Caledonia. Este «diente de diahat» ha suscitado debates entre los científicos sobre su origen. Dado su tamaño (49 mm de altura total, 26,2 mm de longitud y 23,0 mm de ancho, el tamaño de una cerilla pequeña), debe pertenecer a un mamífero grande. Pero fue muy extraño.

Por qué los grandes mamíferos no pueden existir en esta exótica región insular

Durante unos 80 millones de años, Nueva Caledonia ha estado aislada de otras masas continentales importantes. Además, la isla estuvo sumergida bajo el agua en varios momentos de su historia. Estos eventos de inmersión pueden haber acabado con los animales terrestres grandes que vivían allí.

Dada esta historia geológica, los científicos creían que era poco probable que los grandes mamíferos hubieran evolucionado de forma natural en Nueva Caledonia. Estos antecedentes hicieron del descubrimiento del Diente Diahot un misterio increíble. ¿Cómo se encontró un diente de un gran mamífero terrestre en una remota isla del Pacífico que no debería tener tales criaturas?

La única explicación plausible que tenemos hoy es la propuesta inicialmente por los expertos que estudiaron el diente (allá por 1876) y respaldada por estudios más recientes, de que fue traído a la isla, muy probablemente por los colonos europeos que lo encontraron en su país. de origen.

¿Pero a qué animal pertenecía el diente?

Este enigma permaneció en gran medida sin resolver durante todo el siglo XIX.Th y 20Th siglo Los científicos creían que este diente pertenecía a:

  • Rinoceronte primitivo (rinoceronte). Estos son grandes mamíferos herbívoros. Las especies vivas se caracterizan por su tamaño, cuernos distintivos y piel gruesa. Se extienden hasta el sudeste asiático, por lo que llegar a Nueva Caledonia habría implicado un viaje al extranjero muy improbable para un mamífero terrestre tan grande. Se suponen especies específicas. Brachypotherium brachypusVivió en el oeste de Eurasia durante la época del Mioceno.
  • Un marsupial gigante (diprotodonte). Eran grandes marsupiales herbívoros similares a los canguros prehistóricos gigantes. Especies específicas propuestas Zygomaturus diahotensisEsto sugiere un posible contacto terrestre antiguo o una dispersión en el extranjero entre Australia y Nueva Caledonia.

La mayor parte de la comunidad científica se inclina por la teoría del rinoceronte, pero el debate aún continúa, considerando algunas evidencias que sugieren que se trataba de un diente de marsupial. Hasta ahora:

Un estudio reciente que utiliza técnicas modernas ha puesto fin al debate.

El diente diahot pertenece a un rinoceronte prehistórico, específicamente Brachypotherium brachypus– Vagó por el oeste de Eurasia durante la época del Mioceno. Se han encontrado fósiles de esta especie en varias localidades del Mioceno, particularmente en Europa, incluida Francia.

Cuando Nueva Caledonia fue colonizada por Francia a mediados del siglo XIX, un colono francés trajo los dientes a la isla. Este diente, tal vez como curiosidad o recuerdo de su tierra natal, se perdió y luego fue redescubierto por mineros de oro, lo que dio lugar a un misterio de larga data.

Para determinar su origen, los investigadores involucrados en el estudio de junio de 2024 utilizaron una combinación de pruebas detalladas y técnicas científicas avanzadas:

  • Análisis morfológico. Los investigadores llevaron a cabo un estudio cualitativo exhaustivo de la forma y estructura conservadas del diente. Esto implicó comparar el diente diahot con especímenes conocidos de rinocerótidos y diprotodontoides observando características específicas como la altura de la corona, la estructura de la raíz y los patrones del esmalte.
  • Análisis filogenético cuantitativo. Utilizando herramientas computacionales avanzadas, los científicos realizaron un análisis filogenético cuantitativo. Este método implica la creación de un «árbol genealógico» de especies basado en datos morfológicos para determinar las relaciones evolutivas. El análisis incluye tanto rinocerótidos como diprotodontes para ver dónde encaja mejor el diente diacaliente.
  • Comparación con fósiles de localidades conocidas. Un diente diahot ha sido comparado con fósiles Brachypotherium brachypus de varias localidades del Mioceno, particularmente la cuenca del Loira de Francia en Europa. Esta comparación ayudó a identificar similitudes y diferencias, confirmando que las características dentales coinciden con las del rinoceronte del Mioceno de Eurasia Occidental.
  • Conservación y análisis del contexto. Los investigadores también examinaron el estado de conservación de los dientes. La preservación del diente diahot es similar a su preservación. Brachypotherium brachypus Dientes del «Mar de Faluns» de la cuenca del Loira. Esto apoyó aún más la hipótesis de que el diente se originó en Europa y no era originario de Nueva Caledonia.

Estos métodos integrales proporcionaron pruebas sólidas de que el diente diahot pertenecía a un rinoceronte prehistórico de Eurasia occidental, resolviendo un misterio que había desconcertado a los científicos durante casi dos siglos.

La historia de cómo Diahot Tooth viajó desde un continente a una masa de tierra completamente aislada resalta la fascinante interacción entre la historia humana y la historia natural. Enfatiza la importancia de un análisis científico cuidadoso y cómo las nuevas tecnologías pueden remodelar nuestra comprensión del pasado.

Todavía quedan muchos misterios por resolver y, con las herramientas avanzadas y las capacidades de procesamiento de datos que tenemos hoy, vivimos tiempos emocionantes.

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