Una declaración sincera sobre un rompecabezas evolutivo

Una declaración sincera sobre un rompecabezas evolutivo

Foto: Sphaerechinus granularis, un erizo de mar, vía Wikimedia Commons.

De acuerdo con la teoría sistemática actual, todos los que lean esto en este momento pertenecen a la categoría taxonómica Deuterostomia. Esto se refiere a la “segunda apertura”: el grupo se definió originalmente con respecto a la apariencia embriológica del ano (primera apertura) versus la boca (segunda apertura), un rasgo que ya no se considera diagnóstico. Sin embargo, la deuterostomía todavía existe como una agrupación sistemática y muestra signos de tensión. En la actualidad, tres filos pertenecen a Deuterostomia: cordados (eso es usted), equinodermos (p. ej., erizos de mar) y hemicordados (gusanos bellota).

Un misterio de larga data

Los orígenes de Deuterostomia representan un misterio de larga data:

Los deuterostomados son la división principal de la vida animal que incluye estrellas de mar, gusanos de bellota y humanos, entre una amplia variedad de taxones ecológica y morfológicamente dispares. Sin embargo, su evolución temprana es poco conocida, debido en parte a su disparidad, lo que dificulta la identificación de puntos en común, así como a su registro fósil temprano relativamente pobre. [Emphasis added.]

Un nuevo artículo de revisión, de un equipo de Harvard, el Smithsonian y la Universidad de Oklahoma, evalúa cuidadosamente la evidencia contradictoria sobre las afinidades de los deuterostomados. Consulte Karma Nanglu et al., «Gusanos y branquias, placas y espinas: los orígenes evolutivos y la increíble disparidad de los deuterostomas revelados por fósiles, genes y desarrollo». Reseñas biológicas 98 (2023): 316-351.

Dejando un lío

Su mensaje es: sin claridad, muchas posibilidades, dejando un lío. Lo que realmente me llamó la atención fue este párrafo:

En muchos sentidos, a pesar de cientos de años de esfuerzo zoológico y dos décadas desde la publicación de la nueva filogenia animal (Halanych et al., 1995; Aguinaldo et al., 1997), Permanecemos en un salvaje oeste intelectual con respecto a los orígenes del deuteróstomo. Ninguna hipótesis, por descabellada que parezca, puede descartarse por completo. Ninguna teoría, por más tentadoramente lógica que sea, puede afirmar haber salido victoriosa entre sus competidores. Los deuteróstomos continúan eludiendo una narración única y limpia para describir su evolución temprana, un estado que es a la vez fascinante y frustrante en igual medida.

El filósofo que hay en mí pregunta entonces: ¿en qué momento la categoría Deuterostomía se vuelve irreal? Es decir, convertirse en un término sin referente correspondiente en la naturaleza; algo cuyos orígenes nadie debería perder más tiempo tratando de explicar, porque en realidad no hay nada que explicar.

¿Cuándo un problema no resuelto se transforma en un no-problema? Date la vuelta y sal de ese callejón. Hay una pared de ladrillos al final.

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